En los últimos 10 años se ha duplicado el número de
alérgicos a los alimentos. En concreto, el incremento más notable se observa en
los niños y jóvenes, especialmente en el número de alergias de alto riesgo, y
es que el número de admisiones de niños en hospitales por estas causas se ha
incrementado siete veces en la última década.
En este sentido, en Europa continental las alergias
más comunes en niños son las provocadas por el huevo, la leche de vaca y las
nueces, mientras que en los adultos se dan más casos de alergia a la fruta, las
nueces y las verduras. En el Reino Unido, la mayor amenaza la suponen las
nueces, las avellanas y los cacahuetes, que causan el 50% de las reacciones
alérgicas potencialmente mortales. La alergia al marisco y al bacalao se
imponen en los países escandinavos y en el Norte de Europa. En Europa, la
alergia alimentaria es el factor principal desencadenante de anafilaxia en
niños entre cero y 14 años.
La Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica
(EAACI) ha lanzado esta semana su campaña sobre la "Alergia
Alimentaria", con el objetivo de concienciar del importante crecimiento de
la anafilaxia en niños, una reacción alérgica grave y de alto riesgo para la
vida de las personas. También pretende educar al público en general para reconocer
los síntomas y los desencadenantes y ayudar a la hora de reaccionar en caso de
emergencia, por ejemplo, en el uso de un lápiz de adrenalina. Además, el primer
elemento a tener en cuenta en esta campaña es el lanzamiento de los Estándares
Mínimos Internacionales para la Alergia Infantil en la Escuela, que establece
los requisitos mínimos necesarios para la seguridad de los niños alérgicos en
la escuela.
La campaña también quiere enseñar a distinguir entre
intolerancias alimentarias y alergias alimentarias. En concreto, las
intolerancias alimentarias no están relacionadas directamente con el sistema
inmunitario y, por lo tanto, no pueden medirse con pruebas para alergias. La
intolerancia a la lactosa es fruto de una hipersensibilidad no alérgica y las
reacciones a los aditivos de los alimentos son en su mayoría no alérgicas. En
general, los síntomas de hipersensibilidades no alérgicas son más leves y por
lo tanto raramente representan una amenaza para la vida de las personas.
Esta campaña de la EAACI también quiere involucrar a
las autoridades de la Unión Europea (UE) para mejorar el etiquetado de los
alimentos y facilitar el acceso a los tratamientos de emergencia de la
anafilaxis. Algunos alimentos llevan la etiqueta "Puede contener
cacahuetes" o "Puede contener leche", que no están reguladas y
resultan de la propia iniciativa de los fabricantes de alimentos. Por tanto, el
problema está en que los distintos fabricantes pueden utilizar distintos
criterios para las etiquetas del tipo "puede contener". Por ello, la
etiquetas "pueden contener" que se utilizan en la actualidad
representan distintos niveles de contaminación y, de esta forma, distintos
niveles de riesgo.
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